Evangelio del día

Evangelio del viernes 18 de agosto de 2023

Padre Pedro Brassesco
Lectura del santo evangelio según san Mateo 19,3-12

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba:
«¿Es lícito a un hombre repudiar a su mujer por cualquier motivo?».Él les respondió:
« ¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne”? De modo que ya no son dos, sino una sola carne.
Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».Ellos insistieron:
« ¿Y por qué mandó Moisés darle acta de divorcio y repudiarla? ».Él les contestó:
«Por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Pero yo os digo que, si uno repudia a su mujer – no hablo de unión ilegítima – y se casa con otra, comete adulterio».Los discípulos le replicaron:
«Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse».Pero él les dijo:
«No todos entienden esto, solo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos ellos mismos por el reino de los cielos. El que pueda entender, entienda».

Reflexión del Evangelio de hoy
“Os di una tierra”

La historia del pueblo elegido es una historia tremenda, historia de desobediencia e idolatría, de esclavitud sufriente con toda clase de padecimientos, conflictos, desiertos y plagas. También es la historia de quien permaneció fiel a su pueblo. Hoy la escuchamos en boca de Josué, poco antes de su muerte, en un acelerado relato pronunciado ante las tribus y autoridades israelitas. En él recuerda a los presentes la necesidad agradecer aquel tiempo de abundancia en la tierra de la promesa.Cuando nos olvidamos de quien recibimos todo bien, se repite la historia. De la complacencia en nuestro propio bienestar al temor, hay un corto trecho. Hoy vivimos tiempos que amenazan nuestra prosperidad y nuestra abundancia. Tememos perder lo que hemos conquistado, legítimamente, con nuestro esfuerzo. Nuestro éxito, en esta competencia feroz que hemos normalizado, hace que nos olvidemos no solo de Dios sino también de los hermanos.Lo vemos porque no nos gusta que a otros les sea regalado lo que a nosotros nos ha costado tanto alcanzar. No nos gusta ver las ayudas que prodiga el Estado a todos los que llegan sin legitimidad -sin papeles- y se les da de balde lo que a nosotros nos ha costado años de ascético estudio, de duras oposiciones, de hacer frente a costosas hipotecas, de sacrificios sin cuento para criar a los hijos, de pago religioso de elevados impuestos para disfrutar de unos recursos públicos que funcionen y claro está, no nos gusta ver ni urgencias colapsadas en los hospitales ni nuestras citas médicas demoradas sine die, tampoco sentir amenazadas nuestras pensiones.Nosotros también nos hemos olvidado de quien nos ha sacado de una historia de muerte a una historia de vida cumpliendo todas sus promesas.¿Legitimo mi bienestar en mi propio esfuerzo, olvidando que toda garantía descansa en su misericordia?

“Por la dureza de vuestro corazón”

El evangelio de hoy es complicado de comentar para mí que no he sabido alcanzar el ideal de Jesús para el matrimonio. Se repite en mi vida, y en tantas otras vidas como la mía, la historia del pueblo elegido, la historia de dolor y la experiencia de la misericordia que es ese amor sin límite que nos prodiga el que sí permanece fiel.Se trata de un amoroso aprendizaje, de una bendita lección que nos ayuda a conocernos y reconocernos en la imagen que nos devuelve el pulido espejo de nuestro fracaso. No nos gusta mirarnos en él, aunque lo necesitamos para transformarnos en hijos agradecidos porque nadie nos ha condenado y marchamos animosos de la experiencia gozosa del perdón.Os invito a rezar por todos los matrimonios y parejas en dificultad, acogiendo su dolor sin juicio. Hay tantas heridas mal cicatrizadas que terminan endureciendo el corazón, transformado la historia del amor primero en historia de reproche, recelo y desconfianza. Recemos porque esta historia, aunque no nos guste, es también sagrada.

Dña. Micaela Bunes Portillo OP
Fraternidad Laical de Santo Domingo de Murcia


Evangelio de Hoy

Sabado 22, de Agosto, 2020

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 23: 1-12

Entonces Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos y les dijo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que se les salude en las plazas y que la gente les llame “Rabbí”. «Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “Rabbí”, porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a nadie “Padre” vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni tampoco os dejéis llamar “Directores”, porque uno solo es vuestro Director: el Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.

Evangelio de Hoy

Viernes 21, de Agosto, 2020

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 22: 34-40

Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo, y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?» El le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas.»

Reflexion del Evangelio por P. Mario Castañeda

Evangelio de Hoy

Wednesday 19, de Agosto, 2020

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 20: 1-16

«En efecto, el Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Salió luego hacia la hora tercia y al ver a otros que estaban en la plaza parados, les dijo: “Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo.” Y ellos fueron. Volvió a salir a la hora sexta y a la nona e hizo lo mismo. Todavía salió a eso de la hora undécima y, al encontar a otros que estaban allí, les dice: “¿Por qué estáis aquí todo el día parados?” Dícenle: “Es que nadie nos ha contratado.” Díceles: “Id también vosotros a la viña.” Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: “Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros.” Vinieron, pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno. Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada uno. Y al cobrarlo, murmuraban contra el propietario, diciendo: “Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor.” Pero él contestó a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario? Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?”. Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos.»

Reflexion – Padre Mario Castañeda

Evangelio de Hoy

Lunes 17, de Agosto, 2020

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 19: 16-22

En esto se le acercó uno y le dijo: «Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?» El le dijo: «¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.» «¿Cuáles?» – le dice él. Y Jesús dijo: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo.» Dícele el joven: «Todo eso lo he guardado; ¿qué más me falta?» Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme.» Al oír estas palabras, el joven se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes.

Reflexion – Padre Mario Castañeda

Evangelio de Hoy

Domingo 16, de Agosto, 2020

EVANGELIO SEGÚN SAN mateo 15: 21-28

Saliendo de allí Jesús se retiró hacia la región de Tiro y de Sidón. En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada.» Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.» Respondió él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.» Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor, socórreme!» El respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.» «Sí, Señor – repuso ella -, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.» Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.» Y desde aquel momento quedó curada su hija.

Evangelio de Hoy

Sabado 15, de Agosto, 2020

EVANGELIO SEGÚN SAN Lucas 1: 39-56

En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia – como había anunciado a nuestros padres – en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.» María permanceció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.

Evangelio de Hoy

Viernes 14, de Agosto, 2020

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 19: 3-12

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Es lícito a un hombre repudiar a su mujer por cualquier motivo?».
Él les respondió: «¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne”? De modo que ya no son dos, sino una sola carne.
Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
Ellos insistieron: «¿Y por qué mandó Moisés darle acta de divorcio y repudiarla?».
Él les contestó: «Por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Pero yo os digo que, si uno repudia a su mujer —no hablo de unión ilegítima— y se casa con otra, comete adulterio».
Los discípulos le replicaron: «Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse». Pero él les dijo: «No todos entienden esto, solo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos ellos mismos por el reino de los cielos. El que pueda entender, entienda».

Reflexion – Padre Mario Castañeda

Evangelio de Hoy

Jueves 13, de Agosto, 2020

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 18: 21 & 19:1

Pedro se acercó entonces y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?» Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.» «Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos. Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase. Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: “Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré.” Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda. Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: “Paga lo que debes.” Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: “Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré.” Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía. Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido. Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: “Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?” Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano.» Y sucedió que, cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y fue a la región de Judea, al otro lado del Jordán.

Reflexion – Padre Mario Castañeda