Evangelio del lunes 18 de abril de 2022
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 28, 8-15
En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos.
De pronto, Jesús salió al encuentro y les dijo:
«Alegraos».
Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postraron ante él.
Jesús les dijo:
«No temáis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles:
«Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernados, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros».
Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.
Reflexión del Evangelio de hoy
¡Cristo vive!
Aquel pescador de Galilea, aquel hombre que negó a su Maestro hasta tres veces, aquel que se quedó dormido mientras Jesús oraba amargamente en el huerto de los olivos, se nos presenta hoy ante el pueblo, hablando sin miedo, contando lo que ya ha vivido y conocido: la gloria de la Resurrección. Porque otros grandes profetas murieron y ahí están sus tumbas, pero el Cristo Jesús está vivo. Pedro lo ha visto, los Apóstoles lo han visto, las mujeres lo han visto… Ahí está su sepulcro vacío ¿Queréis más pruebas de que es el Mesías, el Hijo de Dios que había de venir para salvarnos del pecado? ¡Ha vencido a la muerte!
¿Dónde está el Pedro temeroso? ¿Dónde ha ido el que le negó? Ahora Pedro es otro hombre, nuevo, alegre, valiente. Se ha transformado ¡porque ha creído! Ha experimentado lo que es la Resurrección de Jesús y su vida ya no será la misma. ¿Y tú? ¿Y yo? ¿Y nosotros? Hoy deberíamos estar dando saltos de alegría porque la Luz ha vencido a las tinieblas, porque todo lo que se nos prometió se ha cumplido ¡CRISTO VIVE! Al igual que Pedro, los Apóstoles y las Santas Mujeres, nosotros debemos salir a contar lo que hemos visto, contagiar de nuestra alegría a los hermanos y ser “la sal del Mundo” que el mismo Jesús nos dijo.
¡Aleluya, ha resucitado!
San Mateo nos narra lo que sucedió en los primeros momentos tras la Resurrección. Mientras las Mujeres corrían a dar la Buena Nueva a los Discípulos, las autoridades intentaban con malas artes (soborno incluido) tapar la realidad, engañar al pueblo, negar la evidencia del sepulcro vacío. Para unos se había producido la promesa de Dios, mientras que otros solo veían peligrar sus puestos de poder.
Durante tres años Cristo había predicado en público su Doctrina, había hablado de amor, de libertad. Había señalado con el dedo las injusticias, la opresión. Había puesto en igualdad a todos los hombres. Y a ojos de todo el mundo había curado enfermos y perdonado a pecadores. Entre los dirigentes del pueblo se había creado un malestar que terminaría con la detención y la muerte del Justo. Sus enemigos debieron pensar que acabando con su vida pronto sería olvidado. Pero se equivocaban: todo eso debía suceder (como anunciaron los Profetas) para glorificar al Hijo de Dios. Con la Resurrección de Jesús todos los planes del mal se vinieron abajo y triunfó la vida sobre la muerte ¡Esa es la realidad de nuestra Fe!
Hoy, con un mundo convulso como el que vivimos en la actualidad, entre guerras, pobreza y enfermedades, debemos aferrarnos a la Verdad del sepulcro vacío. No debemos prestar atención a quienes quieren engañarnos ensuciando el Nombre de Dios y de su Iglesia. Tenemos que permanecer firmes como los primeros cristianos porque nuestra realidad se fundamenta en la vida, en la resurrección, en aquella mañana jubilosa en la que las mujeres y los discípulos vieron, comprendieron y creyeron.
¡Feliz Pascua de Resurrección a todos!
D. Luis Maldonado Fernández de Tejada, OP
Fraternidad Laical de Santo Domingo, de Almagro