Evangelio del miércoles 28 de junio de 2023
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7,15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Así, todo árbol sano da frutos buenos; pero el árbol dañado da frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis».
Reflexión del Evangelio de hoy
Creer a Dios
Entiendo esta primera lectura como un reflejo del proceso “génesis” en el conocimiento y experiencia, entre el pueblo de Israel y Dios.
Toda experiencia de Fe arranca de la realidad en la que vive el pueblo y los personajes afectados en dicha experiencia. En este caso Abraham como líder del pueblo de Israel.
Tanto Abraham como el pueblo, tienen dudas de la supervivencia cara al futuro. La realidad -en otro contexto, pero no muy distinto al nuestro- es muy dudosa, no se ven signos de la presencia-actuación de Dios. Por tanto está en juego la Fe – la confianza en Dios.
Abraham “creyó a Dios” o “se fio de Dios”. Es presentado como prototipo de la Fe. Creyó a Dios contra toda esperanza.
Comienza el Proceso: El pueblo necesita de signos, de personas, de acciones que le lleven a cambiar y salir de la situación penosa y de falta de fe.
Cambiar de mirada “Mira al cielo, cuenta las estrellas si puedes”, ¿Cómo creéis que fuisteis capaces de salir de la dominación de los Caldeos?
Recuerdo de la promesa de Dios: “Aquel día el Señor hizo Alianza con Abraham”.
Este recuerdo actualizado lo lleva haciendo Dios desde siempre.
Sabemos que todo esto es la prehistoria de la fe, que va a terminar nada menos que en la promesa de una Vida Nueva, definitiva y por encima de la muerte, en el Reino de Dios.
Por eso es importante para nosotras/os, recordarlo, actualizarlo y siempre fiarse.
Testimonio de Buena Noticia
El evangelio de hoy es bien claro y no necesita demasiadas interpretaciones. Por un lado siempre nuestra mirada limpia a la realidad para saber discernir, analizar y criticar cómo nos la presentan los que intentan maquillarla.
Nosotros/as sabemos, que hemos de caminar cada día buscando la verdad, la justicia, el bien común, la dignidad de toda persona, en definitiva, buscando el plan de Dios para todos los hombres y mujeres. Todo aquello que no vaya en esta dirección, por muy atractivo que lo presenten, nos tiene que hacer estar en guardia.
Lo que nos va a enriquecer a nivel personal, es que no nos engañemos, no defraudemos a la causa de Dios que es la causa de los pobres. Hemos de ser capaces de ver la realidad de los más sufrientes con una mirada desinteresada y llena de misericordia; y si miramos la realidad de ellos así, sabremos cuando les engañamos, cuando les prometemos y no hacemos, cuando nuestras verdades son meras justificaciones, cuando nos aprovechamos de ellos y cuando les estamos dando la espalda.
Y por otro lado, si nuestra vida y obras no trasmiten amor, alegría, esperanza y mayor Vida a nuestro alrededor, no estamos dando los frutos que corresponden al árbol. No siempre es fácil, con frecuencia hemos de empezar cada día. Pero sabemos de “Quién nos hemos fiado”.
Hna. Mari Cruz OP
Dominica de la Anunciata