Evangelio del domingo 28 de mayo de 2023
“ Todos hemos bebido de un solo Espíritu ”
Introducción
San Lucas nos narra lo que ocurrió el día de Pentecostés en su libro de los Hechos de los Apóstoles. Primero habla de cómo vivieron esta experiencia los Apóstoles junto a María y después nos cuenta lo que les ocurrió a las numerosas personas que estaban cerca de aquel lugar. Para todos ellos fue, ciertamente, una experiencia transformante.
Al proclamar el Salmo 103, alabamos al Señor por el poder que tiene su «Aliento», es decir, su Espíritu, con el que crea las criaturas y repuebla la faz de la tierra.
En la Primera Carta a los Corintios, san Pablo nos habla de cómo el Espíritu Santo da vida y unidad a la Iglesia, cuyos miembros somos todos los cristianos. Y, gracias a Él, somos capaces de exclamar, con pleno convencimiento: ¡Jesús es el Señor!
Después, con el rezo de la Secuencia, pedimos a Dios que nos envíe su Espíritu para que, penetrando hasta lo más hondo de nuestro ser, nos ilumine, nos reconforte y nos llene de su amor y su paz, por medio de sus siete dones.
Por último, escuchamos cómo san Juan narra la primera aparición de Jesús resucitado a sus discípulos, en la cual Él les transmite su paz y les insufla su Espíritu, dándoles el poder de perdonar los pecados, en nombre de Dios.
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre,
don en tus dones espléndido,
luz que penetra las almas,
La grandeza de este domingo de Pentecostés (cincuenta días después de la Pascua) resalta en la liturgia de hoy como la manifestación extraordinaria de una Alianza Nueva, que ya no está en una ley escrita, muerta, sino en la vida nueva, que le llega a la Iglesia por el soplo del Espíritu del Resucitado. Así fue en los primeros tiempos entre los discípulos de Jesús. Después de un tiempo pascual prolongado, se vieron envueltos en una fuerza irresistible, maravillosa, que les llevó con alas nuevas a proclamar el mensaje de salvación y a afrontar todas las dificultades que eso suponía dentro del mundo judío y de las instituciones que no posibilitaban un camino profético.
Fray Julián de Cos Pérez de Camino
Real Convento de Predicadores (Valencia)