Evangelio del viernes 17 de febrero de 2023
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 34 – 9, 1
En aquel tiempo, llamando a la gente y a sus discípulos, Jesús les dijo:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre entre sus santos ángeles».
Y añadió:
«En verdad os digo que algunos de los aquí presentes no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios en toda su potencia».
Reflexión del Evangelio de hoy
Escoger el camino verdadero
El relato de la torre de Babel es un ejemplo más de que la Biblia no es un libro de ciencias de la naturaleza o del lenguaje, sino que sólo se preocupa de transmitir un mensaje religioso.
La narración, sin embargo, recoge datos reales de la ciudad y de la cultura de Babilonia: Variedad de idiomas, que hablarían sus muchos prisioneros: edificios construidos con ladrillos: una torre piramidal de siete pisos el último con un santuario consagrado a Marduk, dios de Babel o Babilonia.
Esta torre, de las muchas que había en Mesopotamia, es para el autor bíblico el símbolo del pecado fundamental: la soberbia. Y al contemplar la ciudad, llena de construcciones espléndidas y de hombres que no se entienden, piensa que la división entre los hombres es la consecuencia de haber abandonado a Dios.
Con este relato, lleno de colorido, nos expresa la realidad de un mundo orgulloso en el que los hombres no nos entendemos, nos odiamos y nos separamos porque no queremos saber nada de Dios. Hoy podemos adorar a dioses falsos. En nuestras ciudades, muchos hombres se valen de la técnica y del progreso para esclavizar a otros hombres; algunos desean gozar sin fin, incluso a costa de los demás. El hombre empieza a regir su vida por los intereses particulares. De esta manera convertimos la ciudad en una selva virgen donde nadie se entiende, porque cada uno habla el lenguaje de su propio egoísmo. Ciudades sin Dios, donde el hombre vive contra el hombre. El Espíritu de Dios nos reunirá a los hombres en la Iglesia de Jesucristo. Fue enviado en Pentecostés para que todos nos entendamos y hablemos el mismo lenguaje del amor y del respeto. Completará su obra en la asamblea de los santos, en la Jerusalén celestial.
Tras las huellas de Jesús
Hoy no es fácil conocer el sentido de la misión de Jesús y el camino que hay que recorrer. ¿Somos de los que proclaman y defienden la fe en Cristo y desconocen o huyen del camino que lleva a Él?
Tras las huellas del crucificado. Primera instrucción: Jesús ha enseñado en parábolas. También con signos o milagros. Marcos relata ahora la enseñanza explícita del Maestro. A los tres anuncios de la Pasión siguen otras tantas instrucciones. Son catequesis de Jesús a los que quieren seguirle. También la gente está presente. Las condiciones para seguir a Jesús se dicen en público. Todo el mundo las oye.
Negarse y cargar con la cruz son, en el fondo, el anverso y reverso de una misma decisión: aceptar perder la vida por Jesús y por el Evangelio. Sólo así la salvaremos. Enseñanza desconcertante, pero constante: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere queda infecundo; pero si muere da mucho fruto. Es doctrina segura: Si morimos con Él, viviremos con Él”.
El ambiente tenso de la persecución romana pudiera flotar detrás de estas palabras exigentes. Ser discípulo de Cristo, para los oyentes de Marcos, puede entrañar el riesgo de morir mártir por Cristo.
Este Jesús, que tiene exigencias tan radicales, es el Hijo del Hombre a quien el Padre, su Padre, ha dado poder para juzgar a todos los hombres. He aquí una fórmula de fe antigua y precisa. Porque tiene un poder tan extraordinario, Jesús terminará siendo reconocido como Hijo de Dios.
¿Somos de los que proclaman y defienden la fe en Cristo y desconocen o huyen del camino que lleva a Él?
Dña. Montserrat Palet Dalmases
Fraternidad Laical de Santo Domingo (Barcelona)