Evangelio del día

Evangelio del miércoles 30 de noviembre de 2022

Padre Pedro Brassesco

 Os haré pescadores de hombres 

Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 18-22

En aquel tiempo, paseando Jesús junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.
Les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.

Reflexión del Evangelio de hoy

A toda la tierra alcanza su pregón

La liturgia de hoy nos invita a celebrar la fiesta de San Andrés. Fiesta que siempre se encuentra contextualizada en el tiempo de adviento. Por tanto, ya sea la celebración del apóstol o del adviento, nos encontramos en sintonía con un “despertar” al encuentro personal con Jesús y a la disponibilidad para anunciar este mensaje de salvación a toda la tierra.

En la Carta a los Romanos, Pablo se remite a la Escritura para afirmar que todas las personas que creemos en Jesús nunca seremos confundidas ni defraudadas. Y al mismo tiempo, nos interpela y cuestiona sobre nuestra predicación y anuncio del Evangelio. Hacer posible que las personas encuentre el sentido de sus vidas está estrechamente vinculado a la responsabilidad que cada uno de nosotros tenemos frente al compromiso de anunciar a Jesús, el Hijo de Dios.

Dejemos resonar en nuestro interior: ¿Cómo creerán en Aquel de quien no han oído hablar? ¿Cómo oirán hablar de Él sin que nadie que anuncie?

Ser portadores de esta Buena Noticia nos transforma. Transforma nuestra vida y nos convierte en sus mensajeros.

Paseando junto al mar de Galilea vio a…

El Evangelio de hoy nos relata el encuentro de Jesús con varias personas en su contexto y quehaceres cotidianos. Jesús les invita a ser parte de su grupo más próximo: aquellos que, conviviendo con Él, se empapan de una propuesta de vida que no se limita a cambiar sus vidas, sino que los transforma en mensajeros de Dios. Un mensaje que será y es proclamado con la vida y con la palabra.

Impresiona la presentación sintética de la llamada y de la respuesta. Llamada y respuesta radical, que implican, por un lado, dejar algo importante (sus redes) y, por otro, un movimiento (seguirle). 

“Y pasando adelante vio a…”. Jesús llama a unos y a otros… llama para vivir con Él y para enviarlos a predicar el Reino de Dios. El Maestro llama a cada uno de nosotros y a muchas personas que todavía no se han encontrado con Él de forma experiencial. O que no han reconocido su voz…

Pablo nos recuerda que sólo a través del anuncio explícito de nuestra fe, de acompañar, de ofrecer tiempos y espacios de encuentro, podemos escuchar y reconocer su voz, podemos encontrarnos con Jesús. Sólo con el compromiso de quien es enviado, a toda la tierra le llega la buena noticia de Dios.

Hoy, nosotros somos sus mensajeros. La Iglesia es fiel a su identidad en la medida en que predica con el testimonio y con la palabra que Jesús es el Señor. Lancémonos en esta apasionante aventura y, la monotonía, la rutina y “las pocas ganas” desaparecen dando lugar a una vida cotidiana llena de sentido y sabor. 

Hna. Ana Belén Verísimo García OP
Dominica de la Anunciata


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