Evangelio del miércoles 27 de julio de 2022
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,44-46
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra».
Reflexión del Evangelio de hoy
No te podrán porque yo estoy contigo
La historia nos dice que la vida de los profetas, como la de Jeremías, nunca fue fácil y que sus palabras y ellos mismos no fueron bien acogidos por su pueblo. Es verdad que la palabra del Señor les cogió de arriba a abajo y que ahí encontraban su alegría y sus fuerzas. “Me has seducido, Yahvé, y me dejé seducir; me has agarrado y me has podido. Por eso, “cuando encontraba palabras tuyas, las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón”. Pero a la hora de proclamarlas, en muchas ocasiones, se topaban con el rechazo de su pueblo. Tan es así que Jeremías llegó a maldecir el día de su nacimiento. “¿Para qué haber salido del seno a ver pena y aflicción, y a consumirse en la vergüenza mis días?”.
¡Pero el Señor nunca dejó solo a Jeremías. “Frente a este pueblo te pondré como muralla de bronce inexpugnable: lucharán contra ti y no te podrán, porque yo estoy contigo para labrarte y salvarte”. Hay que entender bien estas palabras. No significan que todo le irá bien y que sus oyentes le van a escuchar y aceptar. Se refieren a que ninguno de sus enemigos, ninguno de los que acechan su vida le podrá arrebatar de su corazón sus convicciones, el mantenerse en la palabra de Dios, el mantenerse en la amistad con Dios. Ésa es la gran victoria de todo profeta, la victoria de Jeremías. Dios ha permanecido con él siempre, también en las persecuciones, también en los momentos de decaimiento, también en los momentos de la cruz… “¿Quién nos separará del amor de Dios?… Nada, ni nadie”.
Y lleno de alegría… el tesoro
Jesús nos dice que “El reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en el campo”. Podemos decir que las característica del tesoro, son las siguientes. Es lo que permanentemente me atrae y fascina; lo que me llena y da felicidad, no cinco minuto, ni cinco día, ni tres años, sino permanentemente, algo compatible con los sinsabores de la vida; es también la fuente de mi energía, donde acudo en busca de fuerzas e ilusión cuando la debilidad me pone cerco; es también desde donde juzgo, valoro y vivo todo lo que se me presenta en la vida.
Para nosotros los cristianos, aquellos a los que Jesús ha salido a nuestro encuentro y nos ha desvelado quién es él, es claro que ese tesoro escondido es el mismo Jesús, pues cumple sus características. Y nos ha pasado que con gran alegría hemos dejado y vendido todo lo que teníamos para comprar ese campo que contiene el ya para siempre nuestro gran tesoro. Con estremecimiento de nuestro corazón podemos afirmar que es la mejor compra que hemos hecho en nuestra vida.
Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)