Evangelio del lunes 11 de julio de 2022
Lectura del santo evangelio según san Mateo 19, 27-29
En aquel tiempo, dijo Pedro a Jesús:
«Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?».
Jesús les dijo:
«En verdad os digo: cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna».
Reflexión del Evangelio de hoy
Todo lo bueno viene del Señor
Hoy la liturgia nos presenta un fragmento del bello Libro de los Proverbios. Y os recomiendo que lo leáis con mucha atención, varias veces si es necesario, porque os aseguro que sus palabras parecen escritas para nuestros días: sensatez, sabiduría, prudencia, rectitud… En el mundo que nos ha tocado vivir estamos faltos de esos valores, de esas propuestas que salen de los labios de Dios, porque Él es todas esas cosas.
En nuestro día a día vivimos multitud de situaciones que nos alteran, nos enfadan, nos ponen nerviosos, nos hacen tomar decisiones erróneas… En definitiva: sacan nuestro “peor yo” Si viviéramos en clave espiritual todo sería más sencillo, más fácil para nosotros y para los que nos rodean. Dios es nuestro escudo, el que nos marca el camino, quien nos guía por las sendas de la justicia. Si de verdad creemos esto seremos capaces de transformar el mundo, seremos esa sal de la tierra de la que nos habló Jesús. Nunca debemos perder de vista que Dios es padre y como tal siempre está dispuesto a llevarnos de su mano, basta con que nosotros queramos. Recordar la parábola del hijo pródigo, como ese padre recondujo la vida de su hijo a pesar de sus errores ¿No hará lo mismo con nosotros nuestro Padre del cielo?
Herederos de la vida eterna
”El que por mi deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre… tendrá la vida eterna” San Pedro le hace una pregunta al Maestro llena de toda lógica desde el punto de vista humano, pregunta por el futuro que les aguarda, ellos que han dejado todo por el Maestro, piensa, tendrán su recompensa. Y Jesús lejos de enfadarse les anuncia lo que les espera: recibir cien veces más de lo que dieron y heredar la vida eterna ¡Esa es la generosidad de Dios para el que le es fiel.
Muchas veces pensamos ¿de qué me sirve cumplir con Dios, servir a la Iglesia, trabajar por la Palabra? Realmente no vemos el fruto de nuestro trabajo, el mundo nos ciega, miramos a nuestro alrededor y vemos gente que, aparentemente, es feliz sin comprometerse con nada, mientras que nosotros intentamos dar servicio en nombre de Jesús, dar testimonio de su mensaje ¿Y para qué? Como siempre Cristo nos da la respuesta: para heredar la vida eterna.
Somos humanos y como tales pensamos, razonamos, pero debemos confiar en Dios como los Apóstoles lo hicieron en Jesús, sin preguntar, con una confianza ciega. Dios sabrá pagarnos como el dueño de la vid hizo con sus trabajadores. Confianza, seguridad, amor son las claves para vivir según el Evangelio. Como San Pedro querremos saber y como él recibiremos la respuesta precisa. Todo trabajo, todo afán en nombre de Dios tendrá su recompensa.
D. Luis Maldonado Fernández de Tejada, OP
Fraternidad Laical de Santo Domingo, de Almagro.