Evangelio del día

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Evangelio del lunes 25 de abril de 2022

Padre Pedro Brassesco
Lectura del santo evangelio según san Marcos 16, 15-20

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo:
«ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».
Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Ellos se fueron a predicar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

Reflexión del Evangelio de hoy

Dios da su gracia a los humildes

En esta carta San Pedro se nos muestra plenamente actual. No son ciertamente momentos fáciles para los cristianos, pero contamos con la gracia de Dios que nos alienta, nos anima y ayuda a resistir las continuas tentaciones del Maligno. La clave esta en la Fe, pues, como dice el apóstol, tenemos que darnos cuenta que nuestros hermanos del mundo entero pasan por nuestros propios sufrimientos.

Con la fe puesta en el Señor Resucitado, podemos afrontar los más graves peligros, las más terribles tragedias. Hoy ciertamente no faltan: la terrible pandemia, la guerra de Ucrania, la carestía creciente de los bienes de consumo… pero también hemos de ser conscientes de las que se desencadenan en nuestras almas y tantas veces nos hacen dudar.

El Señor está con nosotros, nos conoce y comprende. Está presto siempre a perdonar, pero necesita nuestra colaboración. Démosle “cancha” en nuestra vida, vivamos su presencia en la oración, seamos profundamente humildes y dejemos que Él actúe en nosotros.

El que crea y bautice se salvará

El texto es el final del Evangelio de San Marcos. Jesús se aparece a los once que, previamente, han hecho caso omiso de los testimonios de María Magdalena y otros discípulos que ya lo habían visto resucitado. Tras recriminarles su falta de fe, los envía a predicar: “El que crea y bautice, se salvará”. La Misión implica la Gracia y el asentimiento personal. Las dos. El encuentro con Cristo implica toda la vida del discípulo y se manifiesta en signos concretos de amor, en auténticos milagros que evidencian la gracia que les alimenta.

Este es el sentido profundo de la Pascua. Cristo está Vivo, con ellos y en ellos merced a la Gracia que se hará tangible de manera extraordinaria en el acontecimiento de Pentecostés. Por ello la Resurrección es no solo de Cristo, sino también nuestra. Es una Fe que llama a una esperanza, a un sentido nuevo y radical de la vida de los hombres.

Pero, junto al Acontecimiento, la Pascua implica la Misión. Todo cristiano, por el hecho de serlo, es un apóstol que predica en su vida la Vida. Este es por antonomasia el carisma de nuestra Orden de Predicadores: frailes, laicos, monjas y toda la familia de nuestro padre Santo Domingo. La antorcha que sostiene el perro en sus imágenes es, sin duda, un signo elocuente de la Luz Pascual que surge en un mundo oscuro y sin sentidos que merezcan la pena.

Por la fe

“Por la fe será distinta la vida
Por la fe, resistirá la esperanza
Por la fe, plantaremos cara a lo ingrato, lo vacío, lo absurdo.
Por la fe derribaremos gigantes, devolveremos la vida a los muertos.
Por la fe espantaremos a la soledad y al miedo.
Por la fe abriremos la puerta al extraño.
Por la fe quemaremos las naves para adentrarnos en la tierra nueva donde Tú nos esperas.
El justo vivirá por la fe”

(José María Rodríguez Olaizola, S.I. “Cuando llegas”)

D. Carlos José Romero Mensaque, O.P.
Fraternidad “Amigos de Dios” de Bormujos (Sevilla)

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